Entre los monumentos más emblemáticos de La Iglesuela del Cid, destaca la Iglesia de la Purificación, obra del siglo XVII y construida sobre la iglesia gótica anterior; la Ermita de la Virgen del Cid, situada a unos 3 km del pueblo; la Casa Matutano-Daudén, un excelente ejemplo de arquitectura noble del siglo XVIII que, hoy, se ha convertido en hospedería; la Casa Blinque, que perteneció al primer pretendiente carlista en su única visita al Maestrazgo; la Casa Aliaga o Casa Grande; la Casa de las Notarias; el Portal de San Pablo o la Torre Los Nublos, entre otros.
Además, la arquitectura de piedra seca es otra de las peculiaridades del pueblo, como bien reflejan los huertos ubicados en el centro de la población, delimitados por construcciones de dicha tipología. Declarada Bien de Interés Cultural, está presente en kilómetros y kilómetros de paredes que surcan todo el término municipal. Sin duda, son las pedreras y las casetas de piedra seca las manifestaciones más singulares, éstas últimas construidas sin argamasa y cubiertas con bóveda o falsa cúpula. Se trata de construcciones sencillas, pero de gran funcionalidad en épocas pasadas, vinculadas a formas de vida basadas en la agricultura y la ganadería, que aún a día de hoy se mantienen en el pueblo.